Deutsche Bahn, la compañía nacional de ferrocarriles alemana, ha
anunciado su intención de utilizar drones para perseguir a los que
pintan graffiti en sus trenes. Pretenden utilizar pequeños helicópteros
no tripulados, que incorporarán cámaras de visión nocturna, para
detectar a los intrusos en las cocheras donde descansan los vagones.
Cada vez se proponen más usos para las aeronaves no tripuladas fuera
del ámbito militar. La vigilancia, en todas sus facetas, es la más
popular. Los drones, junto a las cámaras de alta resolución, pueden
controlar áreas enormes por mucho menos dinero del que cuestan sus
alternativas con piloto a bordo. También
permiten supervisar lugares de alto riesgo sin poner en peligro vidas
humanas.
Los trenes son uno de los objetivos favoritos de los que pintan
graffiti. Según Deutsche Bahn, limpiar los más de 14.000 que se
producen cada año le cuesta más de 7,5 millones de euros. Así que han
propuesto utilizar drones, con un coste de 60.000 euros cada uno, para
intentar poner freno a esta actividad. «A lo largo de las próximas
semanas vamos a empezar un periodo de prueba para ver si es factible
usarlos para luchar contra este problema», ha segurado un portavoz.
Las aeronaves no tripuladas que pretende utilizar la compañía
ferroviaria pueden utilizar tanto cámaras convencionales como de
infrarrojos, capaces de detectar a los intrusos por el calor que
emiten. Según ha explicado la propia empresa a la BBC, la tecnología es
suficientemente precisa para identificar a las personas que entren de
manera ilegal en las instalaciones donde se guardan los trenes. A
pesar del anuncio, todavía no está claro si Deutsche Bahn podrá poner
en funcionamiento sus drones. La legislación europea sobre aeronaves no
tripuladas todavía está pendiente. Actualmente solo pueden volar por
debajo de los 1.000 pies —330 metros de altura—, y siempre dentro del
radio de visión del operador. Según la empresa estos lo harían dentro
de ese rango, aunque no está claro que puedan operar de noche. «La
empresa está trabajando en cumplir todos los requerimientos legales
antes de poner el periodo de pruebas en marcha», afirmó el portavoz.
También les preocupan los aspectos asociados de protección de datos.
Esta no es la primera medida para intentar detener las pintadas en los
trenes y metros. Aunque
la seguridad de las cocheras cada vez es mayor —tanto en recursos
humanos como técnicos—, los escritores de graffiti —así se llaman a sí
mismos— aún encuentran maneras de pintar los vagones. Por ejemplo,
detenerlos en plena marcha con el freno de emergencia.
Una de las justificaciones originales para hacer graffiti en los trenes
era su capacidad para mover las pintadas por toda la ciudad. Y aunque
desde hace años la mayoría de redes de ferrocarril en Europa evitan
poner en circulación los vagones que no están limpios, esto no ha
frenado las pintadas. ¿Podrán hacerlo los drones?
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