En
alguna estación de la línea U3 del metro de Berlín, un tren se detiene
unos pocos minutos, tiempo suficiente para que cinco grafiteros pinten
un vagón entero antes de que el tren se ponga nuevamente en marcha. Una
vez han acabado, abandonan las vías corriendo y dejan que su obra
circule por la ciudad durante las próximas 48 horas, hasta que limpien
el vagón y el graffiti desaparezca para siempre.
Los chicos que "bombardearon" el tren en el vídeo de arriba –subido a
Facebook hace poco y que ha recibido cientos de miles de visitas en
solo un par de horas- mantienen viva una técnica que siempre ha estado
en la cúspide del street art.
Ahora ya no se ven vagones pintados tan a menudo, pero esta práctica
sigue siendo la mayor hazaña a la que puede aspirar un grafitero,
teniendo en cuenta la precisión y la habilidad necesarias y el peligro
que entraña.
Charlé con "Grisal" (nombre ficticio), uno de los grafiteros que
aparece en el vídeo, quien me explicó cómo se bombardea un tren.
VICE: Bueno, para los que no lo sepan, ¿qué diferencias hay entre
bombardear un tren y otros tipos de street art?
Grisal: Pues que bombardear un tren es un estilo de arte urbano en sí
mismo. Es mucho más peligroso. No es como cuando el Ayuntamiento te
encarga que pintes una pared. Si te pillan o no calculas bien el
tiempo, estás jodido.
En primer lugar, hay que tener huevos para hacerlo; en segundo lugar,
hay que ser muy habilidoso y eficiente, porque trabajas contrarreloj;
en tercer lugar, por lo general tu obra viajará por la ciudad unas 48
horas. Es como una galería móvil, y durante ese periodo de tiempo, tú
eres el amo del espacio visual urbano. Evidentemente, me encantaría que
mi graffiti se quedara en el tren para siempre, pero lo que me hace
feliz es el recuerdo. Es adictivo.
VICE: Me imagino. Explícame lo que pasa en el vídeo.
Grisal: Se ve a un par de tíos en una estación de metro de Berlín.
Activan el freno de emergencia para parar el tren. El maquinista
siempre tiene que salir de la cabina y desconectar el freno de
emergencia desde fuera del tren para poder continuar la marcha. Suele
tardar unos tres o cuatro minutos en hacer eso, y ese es el tiempo que
tenemos para pintar. El boceto y el estilo son fáciles. No se puede
bombardear un tren con un wild-style a lo bestia en tan poco tiempo,
así que optas por pintar bloques sencillos y dejas que la acción hable por sí
misma.
VICE:¿Cómo es la preparación previa?
Grisal: Primero investigamos la ubicación. Lo más importante son las
rutas de escape, la situación de las cámaras, la gente que hay a una
hora determinada y dónde esconderse en caso de que no salga bien.
Estudiamos el mapa del metro y planificamos nuestra ruta de escape.
A veces tienes que hacer agujeros en una verja para garantizarte una
vía de huída. Esa vez yo tenía una llave de la estación y de la sala
del guarda, así que fue más sencillo.
Siempre es más difícil hacer un bombardeo en la estación que en el
túnel; es más arriesgado y sólo tienes unos minutos hasta que llega la
policía. Desde el punto de vista del estilo, no es muy complicado: bloques
sencillos, un boceto, un relleno en cromo y unos cuantos brillos.
VICE: ¿Fue todo como lo habíais planeado?
Grisal: Ya llevamos tiempo haciendo esto, por lo que cada uno sabe cuál
es su lugar y su función, pero la verdad es que nos pasamos de tiempo
por un minuto, lo que nos podría haber salido caro. Un minuto es mucho
tiempo en esa situación.
Sé que la policía llegó 30 segundos después de que hiciéramos nuestro
trabajo. Normalmente escondemos todas las latas, los guantes, las
máscaras y, sobre todo, sacamos las tarjetas de memoria de las cámaras
y las escondemos en otro sitio. Un día después, vuelves al sitio
–suponiendo que todo ha ido bien y no estés entre rejas- y lo recoges
todo.
VICE: ¿Hay estaciones mejores que otras?
Grisal: Claro. Es una parte muy importante. Algunas tienen cámaras que
sólo graban en una dirección; otras estaciones tienen cámaras que
graban en un ángulo de 360 grados. Una estación de metro exterior suele
ser mejor, porque hay más rutas de escape además de las dos salidas
normales. Siempre tienes que pensar, ¿por dónde va a llegar la policía?
¿Dónde te van a detener?
VICE: ¿Cómo reaccionaron los pasajeros del tren? Grisal: La mayoría de ellos estaban tranquilos. Pasó un momento hasta que se
dieron cuenta de qué estaba pasando. Como puedes ver, un par de
pasajeros abrió las puertas para ver qué pasaba. Unos cuantos se
quejaban por la espera, que fue de cinco minutos en total, pero el
resto parecía muy tranquilo.
VICE: ¿A algunos les impresionó lo que hicisteis?
Grisal: A algunos de ellos, seguro.
VICE: ¿Qué sucede si te pillan haciendo eso?
Grisal: Pues que te arrestan. Te toman los datos, las huellas
dactilares, etc., para comprobar si ya lo habías hecho antes. Luego te
sancionan con una multa [en España, las multas pueden llegar hasta los
3.000 euros].
Es muy raro que el tema se ponga violento con la policía. Normalmente
son los maquinistas y los pasajeros los que más se cabrean.
VICE: ¿Alguna vez han estado a punto de pillaros?
Grisal: Una vez estábamos pintando un techo y nos acorralaron cinco
policías con dos pastores alemanes. Un compañero y yo escapamos por las
vías y la policía no nos siguió porque justo en ese momento llegaba el
tren. ¿Para qué van a arriesgar la vida persiguiendo a dos grafiteros?
VICE: ¿Pillaron a alguien de los del vídeo?
Grisal: Pararon a un tío que estaba vigilando, pero lo dejaron
ir porque no le podían acusar de nada. Aparte de eso, no pillaron a
nadie. Llevar encima la grabación de la escena es extremadamente
peligroso porque normalmente la policía para y registra a todo el mundo.
VICE: ¿Cómo ha respondido al vídeo la gente?
Grisal: No hicimos el vídeo para enseñar cómo destrozamos cosas sin
sentido. Es una forma de arte, un estilo de vida alejado del sistema
consumista en el que estamos sumidos.
VICE: Por último, ¿qué te atrae de bombardear trenes?
Grisal: Es la adrenalina, el subidón. Te vuelves adicto a ello.
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