Hace
ya unos meses, conversamos con Aleix Gordo Hostau (artista y diseñador)
y Gustavo López Lacalle (realizador) cuando estaban haciendo las
entrevistas y poniendo en marcha el crowdfunding para su documental BCN
Rise & Fall. El objetivo era hablar de la edad de oro del arte
urbano en Barcelona. Analizar las claves del tsunami que se llevó por
delante graffitis, artistas y, en general, el movimiento. O, mejor
dicho, el esplendor de un movimiento.
Barcelona, en el año 2000 se convirtió en una de las capitales
mundiales del Street art, fue un periodo de esplendor que terminó a
base de normativas locales y trabas y más trabas. En esos primeros años
de la década pasaron por la ciudad Banksy, Obey y Os Gemeos, que
ayudaron a potenciar la emergente escena local, que queda muy bien
retratada en este trabajo documental.
Aleix Gordo cree que Barcelona ahora se ha quedado relegada en un
momento en el que el arte urbano a nivel global se está convirtiendo en
un fenómeno de masas, en algo mainstream. "Cada vez hay más artistas,
más murales, más exposiciones, más audiencia y la calidad artística ha
subido muchísimo en los últimos diez años. A nivel local ha sucedido
todo lo contrario, a pesar de que ahora hay iniciativas que van
saliendo a la luz, que van cambiando esta constante del panorama de los
últimos años (...). Además, los artistas autóctonos, como no pueden
pintar en Barcelona, se van a pintar a otros lares".
Confrontamos su opinión con la de Sixe Paredes , uno de los artistas
que aparece en BCN Rise & Fall -cuyo estreno tendrá lugar el 5
de febrero en la Antigua Fábrica Damm de Barcelona-, para ver si todo
está realmente perdido.
VICE: ¿Qué echáis de menos de la Barcelona de los 2000? Aleix Gordo: Todo. Ese año fue justo cuando se empezó a notar el boom
del graffiti y el arte urbano en la ciudad. En el centro no había un
sólo centímetro cuadrado que no estuviera pintado. Todas las paredes
eran susceptibles de ser lienzos para los artistas sin importar quiénes
eran o de dónde venían.
Sixe: Principalmente se echa de menos la libertad que había para pintar
en muchos sitios de la ciudad.
Parece un tópico, un tiempo pasado que no volverá...
VICE: ¿Por qué? A.G.: Porque fue una conjunción histórica y por propia definición no
puede repetirse, hay demasiados factores que propiciaron ese momento.
Por un lado, la propia historia de la ciudad, la libertad de los años
80, las Olimpiadas, la proyección internacional, la aparición de la
ciudad en circuitos internacionales de todos los ámbitos, la falta de
regulación de muchas cosas, el nacimiento del lowcost... Hacia donde
parece ir el siglo XXI va a ser totalmente imposible que se repita nada
de todo esto y mucho menos que converja todo en un mismo
espacio-tiempo, dígase Barcelona.
Sixe: Creo que no volverá porque cada tiempo tiene su momento, ahora
estamos en una nueva etapa, y creo que las cosas están cambiando un
poco para bien. Y sin duda alguna se ha seguido pintando en muchos
lugares, aunque no fuera en los sitios emblemáticos donde se pintaba en
esa época.
VICE: Mojaros, ¿cómo está el arte urbano en la actualidad? ¿Hay jóvenes que
vienen empujando? A.G.: Artistas jóvenes hay unos cuantos, pero desafortunadamente pocos
comparado con lo que podría haber sido si se hubiera canalizado bien la
época dorada del arte urbano que tuvimos en la ciudad hace años. A
veces tengo la sensación que ha habido una falta de relevo generacional
muy importante. Y no por los que están, sino por los que no están.
Sixe: Yo creo que vive un buen momento, se pintan muchísimas paredes en
todo el mundo y el movimiento se consolida cada día más. Hoy en día hay
mucha gente joven que viene muy fuerte, en España tenemos un gran
abanico de artistas de gran calidad.
VICE: En aquella época todo era más furtivo, ¿no? No os conformabais con
aceptar las reglas establecidas. A.G.: En aquella época no podía ser furtivo porque no estaba regulado,
o sí que lo estaba, pero nadie hacía cumplir la normativa. La
furtividad tiene que ver con la ilegalidad... Pintar en la calle dejó
de ser legal en 1999, pero nadie estaba por hacer acatar la ley. En
enero del 2006 todo se fue a la mierda con la Ordenanza Cívica y su
aplicación a rajatabla. Y no sólo el arte urbano se fue a la mierda...
Sixe: Creo que siempre tendrá su parte furtiva y seguirá rompiendo las
reglas establecidas, no siempre se pinta en paredes con permiso o en
proyectos organizados.
VICE: Se produjo entonces una explosión, ¿por qué Barcelona y no Madrid u
otra ciudad? A.G.: Bueno, como he dicho antes hay un montón de motivos
socio-económicos y políticos que, todos juntos, hicieron posible esa
explosión. Barcelona se catapultó como ciudad de referencia en el
diseño y la moda y el no sé qué, a partir de las Olimpiadas. A mediados
de los 90 empezó a venir gente a vivir aquí buscando la Barcelona
bohemia y artística. Después tendríamos que preguntar si la encontraron
o no, pero había todavía una sensación de libertad en las calles,
heredada en parte de los 70 y los 80. Los alquileres eran baratos, la
comida buena, sol, playa, empezaba a haber vuelos baratos,...
Paralelamente, el graffiti vivió un momento de esplendor un poco antes
(en aquél entonces no se hacía diferencia entre graffiti y Street art,
porque el Street art no existía) por la consolidación de una generación
de escritores y por la creación de Montana Colors (la empresa de
sprays) en la ciudad. También empezaron a proliferar nuevos artistas
que disentían de la expresión más tradicionalmente vinculada al hip-hop
y empezaron a crear sus propios lenguajes, lo que atrajo a colectivos
más amplios fuera de ese ámbito.
Sixe: Se conjugaron muchas cosas para que esto sucediera en ese momento en
Barcelona y no en Madrid, la Ciudad Condal siempre ha sido precursora
en muchos movimientos en España. Creo que el clima, el mar y la esencia
de la ciudad también tiene mucho que ver.
VICE: Es difícil seguir los rastros de aquella época, encontrar testimonio de
obra física, ¿por qué? A.G.: Porque ya no queda nada... así de simple. El Ayuntamiento lo
borró todo en su momento. Pero ni de aquella época ni de hace un año...
Sixe: Pues creo que no es difícil encontrar testimonios de esa época,
algunos de los artistas que estaban en esa escena en ese momento siguen
pintando en la actualidad. Pero está claro que los murales de la época
desaparecieron bajo una capa gris, el color por excelencia de muchas
ciudades de Europa.
VICE: ¿Cuándo cambió todo?
A.G.: Enero de 2006, con la aplicación de la Ordenanza Cívica que
regulaba todo lo que podía y no podía suceder en el espacio público, y
no sólo el espacio público. Hubo muchas protestas pero se las pasaron
por el forro al más puro estilo español al que ya estamos más que
acostumbrados.
Sixe: Creo que sin duda alguna cuando impusieron la ley de tolerancia
cero, o podríamos decir popularmente 'la ley gris'. A partir de este
momento todo cambió, se convirtió en una odisea el poder pintar.
VICE: Es llamativa la presencia de los artistas internacionales, ¿por qué se
produjo? A.G.: Por el boca-oreja supongo. En muchas ciudades europeas ya estaba
prohibido pintar en la calle y por aquella época podías pintar en
Barcelona tranquilamente. Para un alemán, huir de un otoño frío,
lluvioso y gris y pasarse una semana en una Barcelona soleada pintando
en la calle sin parar, sin que nadie le dijera nada, era un lujazo... Y
uno llevó a otro, y otro a otro... También es verdad que vino gente muy
motivada que atrajo a muchos de sus compañeros de fatigas, lo que ayudó
a atraer más gente de todas partes. Poco a poco, Barcelona se iba
conformando como un sitio obligatorio para venir a pintar, a
bombardear, a dejar tu marca... Tanto que muchos se quedaron a vivir
aquí y todavía están.
Sixe: La presencia internacional en la Ciudad Condal, se produjo
principalmente porque la ciudad ofrecía muchísimos lugares donde se
podía pintar, y eso se convirtió en un rumor y la gente de un montón de
países venia a pintar y disfrutar de la ciudad.
VICE: Al entrar en galerías, circuitos de exposiciones, ferias... ¿se ha
institucionalizado el Street art? A.G.: Ufff, esta pregunta requeriría una respuesta de un tomo entero, u
otro documental... Resumiendo, para mí, no. Street art es lo que se
hace en la calle por lo que cualquier expresión artística que, aunque
se le parezca en formato, estilo o lo que sea, esté en cualquier otro
sitio que no sea la calle, no es Street art. Para mí la palabra sería,
mejor, "normalizado". El Street art y sus sucedáneos indoor (o como les
quieras llamar) ya no son vistos de la misma manera por las galerías,
los circuitos y la sociedad en general, creo que está "normalizándose"
para bien y para mal. Creo que se ha "normalizado" tanto que ha llegado
un momento que Street Art puede significar tantas cosas que incluso ha
perdido ya su significado...
Sixe: Como movimiento artístico consolidado es normal que haya entrado en
galerías y museos, no creo que pierda su esencia, todo lo contrario,
seguirá madurando.
VICE: ¿Dónde os gustaría pintar en Barcelona? Un lugar que os gustaría
intervenir.
A.G.: En la fachada de un edificio de la Plaza Catalunya en pleno
centro de la ciudad. Eso significaría que el Instituto de Paisaje
Urbano de la ciudad (que regula qué puede y qué no puede hacerse dentro
del marco del espacio público) y nuestros políticos, se han relajado lo
suficiente, y ya ven con otros ojos el muralismo contemporáneo y otras
expresiones artísticas enmarcadas dentro del espacio público. Y no sólo
eso, sino que probablemente significaría que habría muchos más murales
de artistas con mucho talento de los que disfrutar diseminados por
muchos puntos de la ciudad.
Sixe: En este momento me gustaría pintar en todo el muro del río Besòs,
que va desde Moncada hasta Sant Adrià del Besòs, es un lugar fantástico
para poder hacer un gran mural kilométrico.
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