Muelle en las vías de Atocha, 1989
La leyenda de Muelle Muelle El Tirabuzón omnipresente Carta sobre Juan Carlos Chico elástico Muelle, el nombre del márketing
 
muelle


Carta
 

Aquí tenéis una carta de uno de los mejores amigos de Muelle,en referencia a un anucio que puse con el objeto de conseguir más fotos sobre él. Desde aquí quiero aprovechar para pedir a todo aquel que tenga alguna foto o material sobre Muelle que se ponga en contacto conmigo para seguir ampliando esta sección. Muchas gracias.

"Hola amigo:

Ojeaba el Pais de las Tentaciones del pasado 13-3 mientras gastaba tiempo y energías en el water de mi trabajo y me ha sorprendido gratamente la idea de hacer una web de MUELLE.

Sólo quería hacerte saber lo mucho que me gustan tus intenciones. Conocí a Juan Carlos hace mucho tiempo y tuve el placer de compartir con él muy buenos momentos. Es posible que nos conozcamos. Yo soy músico y actualmente tengo mi equipo en Carabox, locales donde conocí a Muelle y donde empecé a tocar en su batería por primera vez y además casi por su culpa. Podemos habernos conocido en algún "tinglao", concierto, reunión de músicos...
En cualquier caso cuando hicimos, bueno, hicieron el concierto homenaje en el Sol, recuerdo que una gente que yo no conocía, empezó a ensalzar su actividad como "graffiter" (o como se diga) y nadie habló de su valía como músico, sus intensas y largas horas de estudio, su investigación rítmica, sus compras y ventas siempre trapicheando con "segundas manos", su alegría contagiosa, su amor por el jazz y los grandes músicos y sobre todo sus cafés en la barra del local de ensayo o las carreras que nos hacía dar a todos disparándonos con metralletas de agua.

También me he ido con él algunas noches a tirar de spray, pero Muelle era un músico. Los graffitys (o como se diga) no tienen, entiendo, nada que ver con él. Él sólo plasmó su nombre en las calles. No conozco dibujos suyos salvo la ya famosa pintada.
Tuve la primera camiseta que pintó a mano alzada y la primera que serigrafió. Cuando estuve en el extranjero viviendo más de un año no recibí llamadas de mis amigos. Muelle llamaba a mis padres siempre a preguntarles cómo me iba. Muelle es algo especial que he tenido el privilegio de que me ocurra.

Ánimo con tu página. Espero poder verla y charlar sobre él. Aunque es posible que todo esto ya lo conozcas, si no conoces Carabox, allí ocurrieron muchas cosas, anécdotas y risas que algunos tuvimos el placer de disfrutar con él."

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Indicios sobre una ética de la rúbrica callejera

Texto extraído de un artículo de El País de 1988

     El mundo suburbano, el universo de los metros en diferentes partes del mundo, guarda ciertos detalles sospechosamente similares.Los grafitos son uno de ellos, y entre éstos se han llegado a difundir algunos rasgos que se repiten hasta permitir establecer una especie de limitado, pero muy rico, abecedario de la pintada. La carga política de la A anarquista, rodeada de un círculo, o las dos eses de reminiscencia nazis, se convierten en signos comunes a muchas de las firmas, otorgándoles a la vez una carga polivalente entre el signo, el diseño gráfico y las veladas alusiones políticas o ideológicas. Estos dos símbolos son usados con frecuencia en las rúbricas de los heavies y punks, imitando las de algunos grupos musicales que las han utilizado en sus logotipos comerciales.

     La repetición de estos signos en las firmas de los graffiteros está creando una curiosa convención que es posible identificar en ciudades tan distantes y disímiles como Madrid, París, Nueva York y Lima. La deliberada transgresión de la ortografía introduciendo la ka, la zeta, la uve doble o la i griega deforman la palabra, aunque sin dejar que ésta sea del todo irreconocible. La utilización de la ka está muy ligada a los punks y los skinners, así como a muchos de los grupos radicales de rock. La o es un espacio vacío que generalmente aparece cruzado por una especie de rayo acabado en punta de flecha o por una cruz o una simple raya diagonal. La primera de las formas está ligada a los squatters (ocupantes de casas abandonadas). En España, la mayor concentración de grafiteros se encuentra en Madrid. Entre ellos se repiten también estos símbolos convencionales, con lo que cada firma no sólo pretende lograr una unidad gráfica atractiva y reconocible, sino que deja leer ciertas tendencias ideológicas y preferencias musicales de cada uno, sin recurrir directamente a la sentencia política ni a la alusión a sus grupos favoritos.

     En Madrid, Muelle, de 24 años, se ha convertido en el ejemplo más conocido entre los grafiteros urbanos.Desde que en 1982 estableció definitivamente su firma, Muelle se ha dedicado a plasmarla, al principio arbitrariamente y ahora de manera sumamente cuidadosa. La flecha en la que termina su firma se ha convertido en uno de los símbolos más utilizados entre los grafiteros de Madrid, aunque es un recurso muy popular también en otras ciudades.Pero la aportación principal de Muelle a este medio ha sido la incorporación a la firma de la erre envuelta en un circulito, que empezó a poner eldía en que inscribió su firma en el registro industrial. Tanto la actitud como el elemento gráfico han sido seguidos por otros grafiteros de Madrid.

   Decir que Muelle se ha hecho un nombre es casi decirlo todo. Muelle es la palabra muelle, un nombre que no está ligado a ningún otro objeto y cuyo propósito es sólo la difusión del propio nombre, que es todo su bien.Muelle prefiere seguir escondiéndose en el anonimato, y ha abandonado la idea que parecía haberle llevado a inscribirse en el registro industrial. No quiere ya ligar su nombre a una marca de ropa, o a un establecimiento, o a la venta de camisetas o pegatinas. Su labor no le reporta ningún beneficio económico, pero Muelle ha crecido hasta apropiarse de su creador, y ahora le reclama otra intención. Es frecuente ver ahora su firma sombreada con varios colores o con una dimensión de profundidad más parecida a la estética del graffiti neoyorquino.

   "Si ligara el nombre de Muelle a unos vaqueros o a cualquier producto, Muelle moriría,dejaría de tenerla magia que tiene para convertirse en un simple reclamo publicitario. Muelle sería unos pantalones. De esta forma, Muelle es libre y sigue intrigando", dice.
 

  Viaja con un maletín repleto de rotuladores y aerosoles. "Me cuesta mucho hacer esto, porque no saco pelas y los sprays son muy caros". Ya ha sido detenido y juzgado en una oportunidad por estampar su rúbrica en el pedestal del oso y el madroño que colocaron en la Puerta del Sol el mismo día de su instalación. Declaró que su actitud era meramente cultural, y al ser multado con 2500 pesetas recurrió la sentencia.Hace unos meses,cuando se estaba limpiando la estatua de la Cibeles, todas las cubiertas del andamiaje que rodeaba la estatua aparecieron firmadas por Muelle.Con los años de práctica,Muelle ha ido creando unos sólido principios éticos con respecto a su ocupación. Ahora escoge para sus pintadas superficies en lugares muy visibles, vallas publicitarias en el metro, tapias de solares o edificios ruinosos, tratando de evitar los lugares en los que se prohíbe  explícitamente fijar carteles. Evita el interior de los trenes del metro u otros transportes públicos o espacios de interés natural o cultural.Su intervención en vallas publicitarias es una abierta provocación al bombardeo de imágenes que nos acosan por toda la ciudad.


   La suya, como la de los demás grafiteros, es una pasión solitaria. Puede salir de día o de noche a pintar, y cuando encuentra alguna firma que le interesa no duda en recortarla y llevarla para su archivo personal. Tiene además una libreta donde toma nota de todas las nuevas firmas que salen, les sigue la pista y sabe cuáles se mantendrán y cuáles dejarán de aparecer. Durante el resto del tiempo se dedica a tocar la batería, aunque no pertenece a ningún grupo por el momento.

  Bleck (la rata), apareció un buen día junto a su firma. Su competidor se empeñaba en seguirle insistentemente, y empezó a esparcirse por toda la ciudad de manera mucho más agresiva y desordenada. Invade cualquier espacio público sin recato, como buena parte de los otros grafiteros. Su actitud  contra lo establecido es mucho más frontal y pleitista.Tal vez no se pueda hablar de dos bandos, pero sí de dos actitudes ante el espacio urbano bien definidas. Comportamientos de afirmación del yo a través de un juego arriesgado, perseguido y efímero.
La firma se crea, y con ella se define un universo que engloba la propia personalidad. La única recompensa consiste, por lo general, en dejar la rúbrica en un buen lugar y otro día volver para comprobar que la firma sigue ahí y es tuya, eres tú vivo fuera de tí.

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