Carta
Aquí tenéis una carta de uno de los mejores amigos de Muelle,en referencia a
un anucio que puse con el objeto de conseguir más fotos sobre él. Desde aquí
quiero aprovechar para pedir a todo aquel que tenga alguna foto o material sobre
Muelle que se ponga en contacto conmigo para seguir ampliando esta
sección. Muchas gracias.
"Hola amigo:
Ojeaba el Pais de las Tentaciones del pasado 13-3 mientras
gastaba tiempo y energías en el water de mi trabajo y me ha sorprendido
gratamente la idea de hacer una web de MUELLE.
Sólo quería hacerte saber lo
mucho que me gustan tus intenciones. Conocí a Juan Carlos hace mucho tiempo y tuve
el placer de compartir con él muy buenos momentos. Es posible que nos
conozcamos. Yo soy músico y actualmente tengo mi equipo en Carabox, locales donde
conocí a Muelle y donde empecé a tocar en su batería por primera vez y además
casi por su culpa. Podemos habernos conocido en algún "tinglao", concierto, reunión
de músicos...
En cualquier caso cuando hicimos, bueno, hicieron el concierto
homenaje en el Sol, recuerdo que una gente que yo no conocía, empezó a ensalzar su
actividad como "graffiter" (o como se diga) y nadie habló de su valía como
músico, sus intensas y largas horas de estudio, su investigación rítmica, sus
compras y ventas siempre trapicheando con "segundas manos", su alegría
contagiosa, su amor por el jazz y los grandes músicos y sobre todo sus cafés en
la barra del local de ensayo o las carreras que nos hacía dar a todos
disparándonos con metralletas de agua.
También me he ido con él algunas
noches a tirar de spray, pero Muelle era un músico. Los graffitys (o como se
diga) no tienen, entiendo, nada que ver con él. Él sólo plasmó su nombre en las
calles. No conozco dibujos suyos salvo la ya famosa pintada.
Tuve la primera
camiseta que pintó a mano alzada y la primera que serigrafió. Cuando estuve en el
extranjero viviendo más de un año no recibí llamadas de mis amigos. Muelle
llamaba a mis padres siempre a preguntarles cómo me iba. Muelle es algo especial
que he tenido el privilegio de que me ocurra.
Ánimo con tu página. Espero
poder verla y charlar sobre él. Aunque es posible que todo esto ya lo conozcas, si
no conoces Carabox, allí ocurrieron muchas cosas, anécdotas y risas que algunos
tuvimos el placer de disfrutar con él."
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Indicios sobre una ética de la rúbrica callejera
Texto
extraído de un artículo de El País de 1988
El mundo suburbano, el universo de los metros en diferentes partes del mundo,
guarda ciertos detalles sospechosamente similares.Los grafitos son uno de ellos,
y entre éstos se han llegado a difundir algunos rasgos que se repiten hasta
permitir establecer una especie de limitado, pero muy rico, abecedario de la
pintada. La carga política de la A anarquista, rodeada de un círculo, o las dos
eses de reminiscencia nazis, se convierten en signos comunes a muchas de las
firmas, otorgándoles a la vez una carga polivalente entre el signo, el diseño
gráfico y las veladas alusiones políticas o ideológicas. Estos dos símbolos son
usados con frecuencia en las rúbricas de los heavies y punks,
imitando las de algunos grupos musicales que las han utilizado en sus logotipos
comerciales.
La repetición de estos signos en las firmas de los graffiteros está creando
una curiosa convención que es posible identificar en ciudades tan distantes y
disímiles como Madrid, París, Nueva York y Lima. La deliberada transgresión de
la ortografía introduciendo la ka, la zeta, la uve doble o la i griega deforman
la palabra, aunque sin dejar que ésta sea del todo irreconocible. La utilización
de la ka está muy ligada a los punks y los skinners, así como
a muchos de los grupos radicales de rock.
La o es un espacio vacío que generalmente aparece cruzado por una especie de
rayo acabado en punta de flecha o por una cruz o una simple raya diagonal. La
primera de las formas está ligada a los squatters (ocupantes de casas
abandonadas). En España, la mayor concentración de grafiteros se encuentra en
Madrid. Entre ellos se repiten también estos símbolos convencionales, con lo que
cada firma no sólo pretende lograr una unidad gráfica atractiva y reconocible,
sino que deja leer ciertas tendencias ideológicas y preferencias musicales de
cada uno, sin recurrir directamente a la sentencia política ni a la alusión a
sus grupos favoritos.
En Madrid, Muelle, de 24 años, se ha convertido en el ejemplo más
conocido entre los grafiteros urbanos.Desde que en 1982 estableció
definitivamente su firma, Muelle se ha dedicado a plasmarla, al principio
arbitrariamente y ahora de manera sumamente cuidadosa. La flecha en la que
termina su firma se ha convertido en uno de los símbolos más utilizados entre
los grafiteros de Madrid, aunque es un recurso muy popular también en otras
ciudades.Pero la aportación principal de Muelle a este medio ha sido la
incorporación a la firma de la erre envuelta en un circulito, que empezó a poner
eldía en que inscribió su firma en el registro industrial. Tanto la actitud como
el elemento gráfico han sido seguidos por otros grafiteros de Madrid.
Decir que Muelle se ha hecho un nombre es casi decirlo todo. Muelle es la
palabra muelle, un nombre que no está ligado a ningún otro objeto y cuyo
propósito es sólo la difusión del propio nombre, que es todo su bien.Muelle
prefiere seguir escondiéndose en el anonimato, y ha abandonado la idea que
parecía haberle llevado a inscribirse en el registro industrial. No quiere ya
ligar su nombre a una marca de ropa, o a un establecimiento, o a la venta de
camisetas o pegatinas. Su labor no le reporta ningún beneficio económico, pero
Muelle ha crecido hasta apropiarse de su creador, y ahora le reclama otra
intención. Es frecuente ver ahora su firma sombreada con varios colores o con
una dimensión de profundidad más parecida a la estética del graffiti
neoyorquino.
"Si ligara el nombre de Muelle a unos vaqueros o a cualquier producto,
Muelle moriría,dejaría de tenerla magia que tiene para convertirse en un simple
reclamo publicitario. Muelle sería unos pantalones. De esta forma, Muelle es
libre y sigue intrigando", dice.
Viaja con un maletín repleto de rotuladores y aerosoles. "Me cuesta mucho
hacer esto, porque no saco pelas y los sprays son muy caros". Ya ha sido
detenido y juzgado en una oportunidad por estampar su rúbrica en el pedestal del
oso y el madroño que colocaron en la Puerta del Sol el mismo día de su
instalación. Declaró que su actitud era meramente cultural, y al ser multado con
2500 pesetas recurrió la sentencia.Hace unos meses,cuando se estaba limpiando la
estatua de la Cibeles, todas las cubiertas del andamiaje que rodeaba la estatua
aparecieron firmadas por Muelle.Con los años de práctica,Muelle ha ido creando
unos sólido principios éticos con respecto a su ocupación. Ahora escoge para sus
pintadas superficies en lugares muy visibles, vallas publicitarias en el metro,
tapias de solares o edificios ruinosos, tratando de evitar los lugares en los
que se prohíbe explícitamente fijar carteles. Evita el interior de los trenes
del metro u otros transportes públicos o espacios de interés natural o
cultural.Su intervención en vallas publicitarias es una abierta provocación al
bombardeo de imágenes que nos acosan por toda la ciudad.
La suya, como la de los demás grafiteros, es una pasión solitaria. Puede
salir de día o de noche a pintar, y cuando encuentra alguna firma que le
interesa no duda en recortarla y llevarla para su archivo personal. Tiene además
una libreta donde toma nota de todas las nuevas firmas que salen, les sigue la
pista y sabe cuáles se mantendrán y cuáles dejarán de aparecer. Durante el resto
del tiempo se dedica a tocar la batería, aunque no pertenece a ningún grupo por
el momento.
Bleck (la rata), apareció un buen día junto a su firma. Su competidor se
empeñaba en seguirle insistentemente, y empezó a esparcirse por toda la ciudad
de manera mucho más agresiva y desordenada. Invade cualquier espacio público sin
recato, como buena parte de los otros grafiteros. Su actitud contra lo
establecido es mucho más frontal y pleitista.Tal vez no se pueda hablar de dos
bandos, pero sí de dos actitudes ante el espacio urbano bien definidas.
Comportamientos de afirmación del yo a través de un juego arriesgado, perseguido
y efímero.
La firma se crea, y con ella se define un universo que engloba la propia
personalidad. La única recompensa consiste, por lo general, en dejar la rúbrica
en un buen lugar y otro día volver para comprobar que la firma sigue ahí y es
tuya, eres tú vivo fuera de tí.
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