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MUELLE
Texto
extraído del libro "Madrid Graffiti"
© Fernando
Figueroa-Saavedra y Felipe Gálvez
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El
representante por excelencia de
estos pioneros, que muestran las posibilidades estéticas que
puede ofrecer el
diálogo entre el graffiti y el espacio urbano, es MUELLE
(Juan Carlos Argüello
Garzo, 1965-1995). Su carrera de escritor se
desarrolla entre 1982 y
1991, en el Madrid de La Movida. En ese
último año, MUELLE renuncia al
graffiti al considerar agotado su mensaje, para volcarse en su faceta
musical
como batería, aunque todavía mantiene hasta 1993
su actividad plástica. Ya en
ese momento su fama sobrepasa las fronteras nacionales,
habiéndose hecho eco
algunos medios de comunicación europeos de su existencia y
su actividad.
Con
29 años de edad, MUELLE fallece a causa de un
cáncer de hígado el 1 de julio de
1995, tras una actividad al margen de la cultura institucional, pero
ansiando
un reconocimiento social que nunca llegaba. El pensamiento en la muerte
era una
constante en su vida desde que en la infancia se le detectó
una afección hepática.
Sus firmas pueden considerarse un abrazo a la vida.
MUELLE
pasa a ser considerado en la memoria de todos los escritores -desde
antes de su muerte- como el primer tagger madrileño y
español más allá
de cuestiones estrictamente cronológicas que siempre pueden
discutirse, e,
incluso, como el iniciador de una tendencia independiente (los
autóctonos),
aunque semejante al tagging flechero del graffiti
newyorkino. Su vida y
obra ronda en ocasiones la leyenda y su figura el arquetipo. Sin duda,
en su consagración
como figura histórica del graffiti mundial tienen mucho que
ver su imagen como
una persona noble, amiga de sus amigos, cordial y con sentido del
humor,
idealista e, incluso, con inquietudes espirituales y libre de
envanecimientos,
pese a la popularidad alcanzada.
MUELLE
era vecino de Campamento (Distrito de la Latina). Su mote proviene de
la
infancia, hacia 1976, y lo asume como su nombre de escritor y como
motivo principal de su firma tras algunas experiencias grafiteras
iniciales,
anteriores a la definitiva aparición de la firma Muelle (Fernando
Argüello c.p. 1-11-2000). Al comienzo actúa en su
barrio y sus proximidades,
lanzándose luego a la conquista de toda la capital en
superficie y bajo tierra,
tomando posesión del suburbano. Sus andanzas
llegarán a otras partes de España
y a países tales como los U.S.A. (New York City), Francia,
Gran Bretaña o
Italia.
“Yo te puedo
hablar desde mi barrio, sin duda alguna
fue el Muelle, sería por el año 81-82 cuando yo
calculo que empezó a pintar los
primeros Muelle, ya antes pintaba el nombre de su grupo punk: Salida de
Emergencia, está bastante claro que él fue el
primero, bueno, me imagino que
antes habría por ahí pintadas
políticas y tal, pero está claro que
él empezó
con esta forma de hacer Graffiti. Seguramente el Muelle se
enteró cuando ya
llevaba un tiempo pintando que a eso que él hacía
se le llamaba Graffiti y que
por otros países la gente hacía cosas parecidas;
él fue quien se creó a sí
mismo y quien marcó el primer camino del Graffitti en
Madrid, de hecho en
páginas de Graffitti de otros países se lo
reconocen, así como en otras
ciudades españolas, él fue el primero, sin duda.”.
REMEBE
A
partir de 1987, MUELLE empieza a enriquecer gráfica y
estilísticamente sus
firmas. En este sentido, se advierte el peso del arraigo y la
progresión del Graffiti
Move madrileño, tanto en la esfera
autóctona como en la entonces incipiente
esfera hiphopera, y el desarrollo de la sensibilidad
plástica y la apertura a
la influencia de los ámbitos artísticos por parte
de sus protagonistas.
Como
muestras de esta fase, que recordemos en su vertiente grafitera llega
hasta
1991 y en la meramente gráfico-artística alcanza
hasta 1993, se conservan
todavía una serie de obras. Esta conservación en
lo grafitero no debe de extrañarnos,
por lo numeroso de sus acciones y por el criterio selectivo de los
soportes, no
dañino, que mantiene a lo largo de su carrera y, claro
está, por el respeto
entre los escritores que saben de su fama, lo que
hace que aún este vivo
en el presente de los muros.
Entre
esos graffiti vivos está su firma más
emblemática, quizás por encontrarse en
una ubicación excelente: una medianera de la calle Montera
(Sol, Distrito
Centro), pese a que el de más envergadura fue uno a seis
colores realizado en
las inmediaciones de la M-30 de la que no queda rastro alguno (Salas
5-7-1995:
6) o el más atrevido, uno realizado en el
Depósito de Aguas del Paseo de
Extremadura (ALIEN c.p. 16-12-2000). Aún se conserva
también alguna más en el
Distrito de Arganzuela, sencilla, y otras más trabajadas
entre los kilómetros
23 y 24 de la N-I, que nos recuerdan su faceta como road-writer
y como
practicante del moto-tagging. En otros lugares de
la capital también hay
testimonio de que hubo piezas grandes que han acabado siendo limpiadas,
pisadas, emparedadas o derribadas
(El
Pilar, Entrevías, etc.), incluso, bajo tierra en los
carteles y los muros del
Metro de Madrid. De cualquier
forma, estas piezas y sus numerosos tags,
que todavía perviven en el pellejo urbano, repercutieron y
repercuten
notablemente en los escritores locales a
través del influjo de su diseño
gráfico o en la proliferación de muestras
imitativas y del recuerdo de un
pasado relativamente reciente que ya sabe a Historia.
En
lo que atañe a su faceta como artista plástico
fuera del graffiti, MUELLE se
desenvuelve en dos terrenos: el trabajo autónomo y la
aventura del artista
apadrinado por un galerista. En el primer ámbito, MUELLE se centra en el encargo
personal de
decoraciones tanto en interiores y exteriores (murales, paneles y
cierres) como
sobre otros soportes de porte menor. Como ejemplos del tipo de
decoraciones que
efectúa, se pueden mencionar tres trabajos. El primero, a
nivel de barrio, es
la decoración del cierre del local sito en la calle
Seseña, nº 70. Ya, en otra
categoría, por el entorno en el que se desarrollan, tenemos
los otros dos. Un
panel encargado por el organizador de la decoración del
Carnaval del Círculo de
Bellas Artes de Madrid, el pintor Valentín Zapata, para
formar parte de la
escenografía de esta fiesta, celebrada el 29 de febrero de
1992. Esta obra se
ubica en el Salón de Columnas de dicho centro, como fondo de
la actuación de
algunos grupos musicales (Fernando Argüello c.p. 1-11-2000).
Luego, está un
mural interior pintado en el vestíbulo de la Escuela de
Artes Aplicadas de
Logroño, realizado en 1993 (Sainz 25-3-1993) y que puede
considerarse su última
producción plástica.
Por
el otro lado, MUELLE se adentra en el mundo del arte oficial con su
“fichaje”
por la galería Estiarte, que le permite
estar presente en ARCO 87 (Yoyoba
22-3-1987: 78), pasando sin pena ni gloria. Este hecho puede valorarse
como un
intento de explorar las posibilidades de la cantera local grafitera con
vistas
a la posible constitución de un rentable Graffitismo
español a semejanza
del newyorkino, con la consagración de figuras
emblemáticas que representen
esta propuesta.
Sin
duda, revolotea sobre la inspiración de esta iniciativa
frustrada la
presentación en ARCO 85 de la obra
pictórica de algunos escritores
como Keith Haring (Galería Chisel de
Génova y Galería Fabjbasaglia
de Boloña), Jean-Michael Basquiat (Galería
Gallozzi-La Placa de NYC) o
A-ONE, BEAR, CRASH, DAZE, LADY PINK, NOC y TOXIC (Galería Sidney
Janis
de NYC), insertados en la dinámica de los movimientos
artísticos
institucionales. Una presencia que hace la delicia de la
crítica y de algunos
sectores artísticos (Combalía 22-2-85: 3; Huici
22-2-85: 3; Jarque 25-2-85: 31;
Calvo 27-2-85: 29), aunque también se alcen algunas voces
críticas frente a su
sospechosa forma de entrar en la escena de la cultura oficial (Saura
27-2-1985:
30). Incluso, ante la curiosidad suscitada por el fenómeno y
como garante de su
valía se celebra una mesa redonda el domingo 24 de febrero,
a la que asisten
por los U.S.A., Edit de Ak y Daniel Cameron, críticos, y
Sidney Janis,
galerista; por la R.F.A., Willi Bongard, crítico; y por
España, Victòria
Combalía, crítica, y fuera de programa Paloma
Chamorro. A la que sigue la
emisión del vídeo “Break
Dancing and Electric Boogie”. Cabe
señalar que
esta iniciativa tiene, fuera de este contexto institucional, una escasa
o nula
relevancia en la calle y en las bases locales y que este tipo de
presentación y
su polémica tanto favorecen la posterior presencia de MUELLE
en ARCO 87 como
que ésta sea una experiencia anecdótica, sin peso
ni continuidad.
Curiosamente, MUELLE no figura en el
catálogo oficial como artista de dicha galería,
quizás sea por los reiterados
prejuicios arraigados en el ecosistema artístico acerca de
la entidad artística
de los escritores o por ser un fichaje oportunista
e improvisado.
Igualmente, cabe señalar que esta presentación en
ARCO 87 (del 12 al 17
de febrero) es muy cercana al suceso de la detención por
firmar en la base de
la escultura del oso y el madroño de Sol, a finales de
enero, lo que no puede
ser una pura casualidad y puede aclarar un poco el interés
pública tanto del
artista como del galerista en esta aparición.
Con
su muerte, acontece por tanto un reconocimiento que se mueve en dos
niveles: el
popular y el oficial.
Esto
es, en primer lugar se genera una serie de actos públicos de
homenaje, desde su
consideración como una importante figura cultural local de
alcance histórico y
desde la iniciativa vecinal de su barrio, representada por la
Asociación de
Vecinos Los Álamos-Campamento y su
familia y sus amigos. El más
temprano, casi a la semana de su fallecimiento, consiste en la
realización de
un mural sobre panel con el motivo de su firma de la mano de su amigo,
el escritor SNOW, en la primera emisión
del mes de julio de 1995 del programa Sucedió
en Madrid (Telemadrid), junto con la realización
de un reportaje sobre
MUELLE. Más
tarde, en septiembre de
1995, este mismo escritor realiza otro homenaje
semejante dentro del
programa de actividades de las fiestas del barrio de MUELLE.
No
obstante, el verdadero homenaje se celebra al año de su
fallecimiento,
concretamente el martes 9 de julio de 1996, por iniciativa de dos
colegas
baterías, Adolfo y Sergio, a la que se adhiere su hermano
Fernando. Éste
consiste en un concierto en la sala El Sol, con la
actuación de Los
Enemigos, Artemio, Freedom y
Río Arriba y la
asistencia emocionada de los padres del artista malogrado. El fin
último de la
iniciativa es la recogida del dinero suficiente para levantarle un
monumento en
Madrid (Iñiguez 9-7-1996: 7; 11-7-1996: 24). Dada la escasa
recaudación
obtenida (226.000 ptas.) el proyecto no vio la luz. En mayo de 1998,
desestimada la viabilidad del proyecto, se donó lo recaudado
a la Asociación
Española de Lucha contra el Cáncer
(Iñiguez 16-5-1998: 10).
Tras
este concierto, su familia sigue luchando por el reconocimiento de su
obra,
intentando hacer exposiciones de diapositivas y fotografías
y confirmar la
compra por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de
Madrid de un par de
lienzos para su exposición permanente (Iñiguez
11-7-1996: 24).
Respecto
al otro nivel de reconocimiento, el oficial, éste es tan
involuntario y
repentino como efímero. A este respecto, según
parece surge por una confusión
accidental originada con el anuncio de su fallecimiento (Fernando
Argüello c.p.
1-11-2000). La publicación en el periódico ABC
de una esquela, con el
fin de subsanar la falta de eco por éste de la noticia de la
muerte de MUELLE,
produce por la confección ambigua de su texto un
malentendido que obliga a las
instancias oficiales a manifestarse respecto al suceso. En concreto, la
causa
es la doble lectura de la frase «COMUNIDAD DE MADRID»,
que figura como
la dedicante de la esquela, que puede entenderse que se refiere tanto
al pueblo
madrileño, que era el sentido original dado por sus autores,
como al gobierno
autonómico.
De
este modo, nos encontramos con un conjunto de declaraciones por parte
de los
representantes políticos pertinentes desde las instancias
municipales que no se
traducen en ningún momento en hechos y que se valoran como
maniobras de imagen
ante un problema puntual y pasajero. En primer lugar, Juan Antonio
Gómez-Angulo, concejal de Cultura del Ayuntamiento de
Madrid, muestra sus
buenas intenciones y ofrece aceptar aquellas solicitudes de
conservación de
alguna de las firmas de MUELLE que se le propongan, desde su
consideración como
testimonio de una década de la historia de Madrid (Cabezas
5-7-1995: 6).
Consiguientemente, este reconocimiento a destiempo puede considerarse,
en
cierto sentido, más que un homenaje la
culminación de su persecución. La
intención de arrancar selectivamente del tejido urbano una
de las pocas firmas
que se han librado de la limpieza y albergarla en una de las salas del
Museo de
la Ciudad (Nogueira y Alfageme 8-7-1995: 6) ya en principio representa
su
extinción como testimonio vivo. Curiosamente, el
concejal-presidente del
Distrito de Latina propone, en la misma línea, la
donación del cierre de la
calle Seseña decorado por MUELLE al Museo Municipal
(Fernando Argüello c.p.
1-11-2000), sin duda, más que por su calidad, por su
fácil extracción, pero que
propiamente no puede calificarse como graffiti.
No
obstante, el verdadero remate es que, como manifestan conjunta y
públicamente
el concejal mencionado y el de Limpieza, Luis Molina, en vez de por
extraer una
firma de MUELLE de su espacio natural se opte por la
reproducción. Una solución
aberrante y sin sentido. En todo este asunto, está patente
sin duda el cuidado
meticuloso que pone la administración pública en
no dar el más mínimo punto de
apoyo a la legitimación de la cultura de calle o de la
acción grafitera y
considerar el graffiti, representado por la firma de MUELLE, como
«testimonio
de un período superado».
Además, se evidencia qué clase de
conservación
merece una manifestación subcultural menospreciada por su
aparente sencillez y
marginalidad. No es de extrañar, por tanto, que este
proyecto se quede en agua
de borrajas por absurdo y falso.
Finalmente,
el Ayuntamiento de Madrid dice adquirir dos pinturas de MUELLE y otras
dos más
por donación, anunciando su decisión de
exhibirlas en el Pabellón Florida, en
Moncloa, al año de morir (Sampedro 28-10-1995: 7;
Iñiguez 9-7-1996: 7).
Respecto a lo primero no hay ninguna confirmación y
más bien parece tratarse de
un anuncio falso de una intención incumplida
(Iñiguez 11-7-1996: 24; Fernando
Argüello c.p. 1-11-2000) y respecto a lo segundo se cumple a
medias. Esto es,
sí parece haberse donado por parte de la galería Estiarte
una de las obras
que hizo MUELLE para ella, tal como confirma su gerente, Fernando
Cordero de la
Lastra (Sampedro 28-10-1995: 7); pero
la otra obra, que sería el panel decorativo que
realizó para el Círculo de
Bellas Artes de Madrid, en efecto no se dona (Fernando
Argüello c.p.
1-11-2000). Finalmente, tampoco consta que se produja la
exposición prevista
para el Pabellón Florida.
Verdaderamente,
puede hablarse de una vergonzosa y frívola
intervención de los políticos en
este asunto y de un desesperante calvario para su familia y sus
allegados en su
misión de fijar en la memoria histórica oficial
el nombre de MUELLE.
ALIEN.-
Es
como
siempre. Siempre se aprovechan de eso. En un principio siempre te
prometen que, pues eso, que después de... Por ejemplo,
después de la muerte de
MUELLE, ¿no? Pues todo el mundo prometía pues o
bien que le iban a poner una
calle o le iban a hacer un monumento o le iban a conservar ciertas
pintadas o
le iban a hacer una exposición, muchas cosas que luego al
final se han quedado
en nada, ¿sabes? Pero yo es que también lo
prefiero, porque después de todo el
empeño que han puesto en coger y quitar todas las firmas que
vengan hipócritas
ahora cogiendo, queriendo embellecerlo y hacerlo suyo,
¿sabes? De Madrid. Me
parece muy triste, muy triste.
(ALIEN
c.p. 16-12-2000)
No
obstante, el juego de intereses entretejido en la escena de la cultura
oficial
contrasta con la paulatina y firme consagración de la figura
de MUELLE en la
memoria histórica de los escritores, sobre
todo de Madrid capital. Una
consagración que se sitúa por encima de las
posibles rivalidades existentes
entre las distintas tendencias grafiteras que acoge el Graffiti
Move;
aunque el reconocimiento de su papel primordial en la
construcción del movimiento
no sea unánime entre los escritores del Hip
Hop Graffiti:
RAFITA.- «¡Y
cómo no!, la firma
del “muelle” estaba entre mis preferidas, siempre
estaba pendiente de sus
recorridos, y las historias que giraban en torno al personaje. [...] Creo
que el Muelle era
eso, diferente a los
demás, que tenía su propio estilo, que hizo
historia y además fue, por lo menos
para mí, un hito el cual nunca había que perder
la pista. Por lo demás estuve
contadas veces con él. Nunca intimé.
Sólo puedo decirte que la gente le
admiraba mucho y a veces incluso le envidié. Supongo que el
Muelle consiguió
llegar a lo mas alto de la fama en el mundo de los grafiteros y que se
construyó su propia leyenda.»
(RAFITA c.e. diciembre 2000)
F.
G.- ¿Qué
supuso el MUELLE?
ALIEN.-
¿Tú
me dirás? Pues el puto
amo, tronco. Era el número uno el tío. Era el
número uno, vamos. [...] Lo
primero por ser pionero y luego también pues bueno, si
hablabas con él... Por
ser el pionero y porque no sé. [Para]mucha gente, por
ejemplo, vale, lo que es
el graffiti, pues eso, de mural entero, a tutiplén,
¿sabes?, muy bien decorado,
con mucho detalle tiene valor. Pero también tiene valor, por
ejemplo, el tema
de coger y hacerlo en determinados sitios como por ejemplo, MUELLE,
¿no? Yo soy
de los que piensa que aparte de que esté bien hecho, bien de
color y todo lo
que quieras, también está la posición.
Un factor de riesgo que yo creo que era
el único o de los pocos que podía hacer eso,
¿no? El tema de coger... Mucha
gente, por ejemplo, le tachaba de simplista a lo mejor. Siempre lo
mismo y tal,
no sé qué. Pero, también hay que ver
que hacía cosas, por ejemplo, de pintarte
en sitios que no te lo podías creer.
(ALIEN
c.p. 16-12-2000)
F.
F-S.- Explícame un poco
como es la movida en la ciudad de
Madrid, más o menos.
SUSO
33.- Pues la ciudad de
Madrid es muy diferenciada a lo que es el resto del
mundo. Más que nada como tuvo como un principal promotor que
fue MUELLE. El
chaval éste que hacía una firma en plan
logortera, con una flecha. [...] Era de
Aluche, de Aluche [Campamento] [...] Era amiguete mío, que
le compraba pintura.
[...] Pues influenció muchísimo aquí
en Madrid eso. Que no vino directamente de
Nueva York la imagen del graffiti. Vino a través de
él y él es como si la
estuviese codificando y llegó aquí a la gente de
otra manera, como una especie
de firma en plan El Corte Inglés, con una flechita. La gente
empezó a
hacer firmas en plan logotipos, con muchas flechas.
F.
F-S.- Y tratando de combinar el significado de la
palabra
con la forma.
S.- Sí,
bastante. Porque ya ves la de MUELLE y debajo sale un muellecito. Pues
aquí
eso influenció muchísimo y se
olvidó... No se pensaba mucho en los trenes ni en
pintar murales de colores, con muñecos; sólamente
lo que eran firmas así.
(SUSO
33 c.p. 22-3-1996)
F.
G.- ¿Qué
opinas del MUELLE?
ICE.- ¡Del
MUELLE!
F.
G.- Sí,
¿qué te...? Es que hay gente que...
I.- Es
un mito. Ya te digo, yo al principio a lo mejor pues le
tenía como... No le
admiraba como le admiro ahora, ¿no? Antes, ya te digo que
como a lo mejor a mí
me gustaba otro tipo de cosas, él hacía otro tipo
de graffiti, y a lo mejor no
me gustaba tanto. Ahora que ya he madurado un poco más, que
he pintado un poco
más y que he visto verdaderamente lo que fue, desde luego
que le tengo respeto.
Eso está claro. Porque fue el primero y porque fue el
primero que se mojó por
darse a conocer.
(ICE
c.p. 19-11-2000)
F.
G.-
¿Qué supuso MUELLE?
YETI.-
Nada, nada.
Era una firma que
incluso hubo momentos que hasta se repudiaba.
MORE.- Nada, absolutamente nada. A
lo mejor al principio cuando empezabas con flechas, bueno... El MUELLE
sí,
porque se ve en muchos sitios, pero nada más. En el momento
que metías en un
panel lo del MUELLE era una firma rellena, en gordo, con un poco de
sombra.
¿Qué era para nosotros? No era nada. [...]
YETI.- [...]MUELLE
no
era nada, pero no porque fuera malo
lo que hacía, sino porque no era competencia para nosotros.
(YETI
y MORE c.p. 17-12-2000)
FG: ¿Por
qué crees que Muelle fue tan importante, aparte
de por ser el primero en dejarse ver por toda la ciudad?
¿Qué tenía Muelle que
no tenían los demás?
REMEBE: Sobre todo
porque él era el que abría el
camino... ¿que pintó con flechas? Todo el mundo
después pintó con flechas...
¿Que pintó carteleras del Metro? Todo el mundo lo
hicimos, de hecho ha quedado
como algo exclusivo nuestro, ya apenas se hace... ¿Que
pintó alturas? Todo el
mundo después ha pintado alturas... ¿Que
agregó sombras, 3d, degradados a sus
pintadas? Todo el mundo después lo ha hecho...
¿que pintaba en vallas de obra,
muros grises semi-abandonados, etc...? La gran mayoría de la
gente del Estilo
Autóctono de Madrid perseguía ese objetivo.
Aparte
de
eso su gran calidad, aparte de como artista
como persona le abrió mucha popularidad, ya que le importaba
bien poco su
popularidad. Ha habido muchos otros que ni siendo los primeros, ni
siendo tan
populares ni inventando nada se han convertido en verdaderos capullos
.
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