muelle en 1987
La leyenda de Muelle Muelle El Tirabuzón omnipresente Carta sobre Juan Carlos Chico elástico Muelle, el nombre del márketing
 
muelle


MUELLE

Texto extraído del libro "Madrid Graffiti"
© Fernando Figueroa-Saavedra y Felipe Gálvez
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El representante por excelencia de estos pioneros, que muestran las posibilidades estéticas que puede ofrecer el diálogo entre el graffiti y el espacio urbano, es MUELLE (Juan Carlos Argüello Garzo, 1965-1995). Su carrera de escritor se desarrolla entre 1982 y 1991, en el Madrid de La Movida. En ese último año, MUELLE renuncia al graffiti al considerar agotado su mensaje, para volcarse en su faceta musical como batería, aunque todavía mantiene hasta 1993 su actividad plástica. Ya en ese momento su fama sobrepasa las fronteras nacionales, habiéndose hecho eco algunos medios de comunicación europeos de su existencia y su actividad.
   

Con 29 años de edad, MUELLE fallece a causa de un cáncer de hígado el 1 de julio de 1995, tras una actividad al margen de la cultura institucional, pero ansiando un reconocimiento social que nunca llegaba. El pensamiento en la muerte era una constante en su vida desde que en la infancia se le detectó una afección hepática. Sus firmas pueden considerarse un abrazo a la vida.
  MUELLE pasa a ser considerado en la memoria de todos los escritores -desde antes de su muerte- como el primer tagger madrileño y español más allá de cuestiones estrictamente cronológicas que siempre pueden discutirse, e, incluso, como el iniciador de una tendencia independiente (los autóctonos), aunque semejante al tagging flechero del graffiti newyorkino. Su vida y obra ronda en ocasiones la leyenda y su figura el arquetipo. Sin duda, en su consagración como figura histórica del graffiti mundial tienen mucho que ver su imagen como una persona noble, amiga de sus amigos, cordial y con sentido del humor, idealista e, incluso, con inquietudes espirituales y libre de envanecimientos, pese a la popularidad alcanzada.
          
 
MUELLE era vecino de Campamento (Distrito de la Latina). Su mote proviene de la infancia, hacia 1976, y lo asume como su nombre de escritor y como motivo principal de su firma tras algunas experiencias grafiteras iniciales, anteriores a la definitiva aparición de la firma Muelle (Fernando Argüello c.p. 1-11-2000). Al comienzo actúa en su barrio y sus proximidades, lanzándose luego a la conquista de toda la capital en superficie y bajo tierra, tomando posesión del suburbano. Sus andanzas llegarán a otras partes de España y a países tales como los U.S.A. (New York City), Francia, Gran Bretaña o Italia.

 
Yo te puedo hablar desde mi barrio, sin duda alguna fue el Muelle, sería por el año 81-82 cuando yo calculo que empezó a pintar los primeros Muelle, ya antes pintaba el nombre de su grupo punk: Salida de Emergencia, está bastante claro que él fue el primero, bueno, me imagino que antes habría por ahí pintadas políticas y tal, pero está claro que él empezó con esta forma de hacer Graffiti. Seguramente el Muelle se enteró cuando ya llevaba un tiempo pintando que a eso que él hacía se le llamaba Graffiti y que por otros países la gente hacía cosas parecidas; él fue quien se creó a sí mismo y quien marcó el primer camino del Graffitti en Madrid, de hecho en páginas de Graffitti de otros países se lo reconocen, así como en otras ciudades españolas, él fue el primero, sin duda.”. REMEBE

 

            A partir de 1987, MUELLE empieza a enriquecer gráfica y estilísticamente sus firmas. En este sentido, se advierte el peso del arraigo y la progresión del Graffiti Move madrileño, tanto en la esfera autóctona como en la entonces incipiente esfera hiphopera, y el desarrollo de la sensibilidad plástica y la apertura a la influencia de los ámbitos artísticos por parte de sus protagonistas.
 
            Como muestras de esta fase, que recordemos en su vertiente grafitera llega hasta 1991 y en la meramente gráfico-artística alcanza hasta 1993, se conservan todavía una serie de obras. Esta conservación en lo grafitero no debe de extrañarnos, por lo numeroso de sus acciones y por el criterio selectivo de los soportes, no dañino, que mantiene a lo largo de su carrera y, claro está, por el respeto entre los escritores que saben de su fama, lo que hace que aún este vivo en el presente de los muros.
 
            Entre esos graffiti vivos está su firma más emblemática, quizás por encontrarse en una ubicación excelente: una medianera de la calle Montera (Sol, Distrito Centro), pese a que el de más envergadura fue uno a seis colores realizado en las inmediaciones de la M-30 de la que no queda rastro alguno (Salas 5-7-1995: 6) o el más atrevido, uno realizado en el Depósito de Aguas del Paseo de Extremadura (ALIEN c.p. 16-12-2000). Aún se conserva también alguna más en el Distrito de Arganzuela, sencilla, y otras más trabajadas entre los kilómetros 23 y 24 de la N-I, que nos recuerdan su faceta como road-writer y como practicante del moto-tagging. En otros lugares de la capital también hay testimonio de que hubo piezas grandes que han acabado siendo limpiadas, pisadas, emparedadas o derribadas  (El Pilar, Entrevías, etc.), incluso, bajo tierra en los carteles y los muros del Metro de Madrid. De cualquier forma, estas piezas y sus numerosos tags, que todavía perviven en el pellejo urbano, repercutieron y repercuten notablemente en los escritores locales a través del influjo de su diseño gráfico o en la proliferación de muestras imitativas y del recuerdo de un pasado relativamente reciente que ya sabe a Historia.
 
            En lo que atañe a su faceta como artista plástico fuera del graffiti, MUELLE se desenvuelve en dos terrenos: el trabajo autónomo y la aventura del artista apadrinado por un galerista. En el primer ámbito, MUELLE  se centra en el encargo personal de decoraciones tanto en interiores y exteriores (murales, paneles y cierres) como sobre otros soportes de porte menor. Como ejemplos del tipo de decoraciones que efectúa, se pueden mencionar tres trabajos. El primero, a nivel de barrio, es la decoración del cierre del local sito en la calle Seseña, nº 70. Ya, en otra categoría, por el entorno en el que se desarrollan, tenemos los otros dos. Un panel encargado por el organizador de la decoración del Carnaval del Círculo de Bellas Artes de Madrid, el pintor Valentín Zapata, para formar parte de la escenografía de esta fiesta, celebrada el 29 de febrero de 1992. Esta obra se ubica en el Salón de Columnas de dicho centro, como fondo de la actuación de algunos grupos musicales (Fernando Argüello c.p. 1-11-2000). Luego, está un mural interior pintado en el vestíbulo de la Escuela de Artes Aplicadas de Logroño, realizado en 1993 (Sainz 25-3-1993) y que puede considerarse su última producción plástica.
 
            Por el otro lado, MUELLE se adentra en el mundo del arte oficial con su “fichaje” por la galería Estiarte, que le permite estar presente en ARCO 87 (Yoyoba 22-3-1987: 78), pasando sin pena ni gloria. Este hecho puede valorarse como un intento de explorar las posibilidades de la cantera local grafitera con vistas a la posible constitución de un rentable Graffitismo español a semejanza del newyorkino, con la consagración de figuras emblemáticas que representen esta propuesta.
 
            Sin duda, revolotea sobre la inspiración de esta iniciativa frustrada la presentación en ARCO 85 de la obra pictórica de algunos escritores como Keith Haring (Galería Chisel de Génova y Galería Fabjbasaglia de Boloña), Jean-Michael Basquiat (Galería Gallozzi-La Placa de NYC) o A-ONE, BEAR, CRASH, DAZE, LADY PINK, NOC y TOXIC (Galería Sidney Janis de NYC), insertados en la dinámica de los movimientos artísticos institucionales. Una presencia que hace la delicia de la crítica y de algunos sectores artísticos (Combalía 22-2-85: 3; Huici 22-2-85: 3; Jarque 25-2-85: 31; Calvo 27-2-85: 29), aunque también se alcen algunas voces críticas frente a su sospechosa forma de entrar en la escena de la cultura oficial (Saura 27-2-1985: 30). Incluso, ante la curiosidad suscitada por el fenómeno y como garante de su valía se celebra una mesa redonda el domingo 24 de febrero, a la que asisten por los U.S.A., Edit de Ak y Daniel Cameron, críticos, y Sidney Janis, galerista; por la R.F.A., Willi Bongard, crítico; y por España, Victòria Combalía, crítica, y fuera de programa Paloma Chamorro. A la que sigue la emisión del vídeo “Break Dancing and Electric Boogie”. Cabe señalar que esta iniciativa tiene, fuera de este contexto institucional, una escasa o nula relevancia en la calle y en las bases locales y que este tipo de presentación y su polémica tanto favorecen la posterior presencia de MUELLE en ARCO 87 como que ésta sea una experiencia anecdótica, sin peso ni continuidad.
 
            Curiosamente, MUELLE no figura en el catálogo oficial como artista de dicha galería, quizás sea por los reiterados prejuicios arraigados en el ecosistema artístico acerca de la entidad artística de los escritores o por ser un fichaje oportunista e improvisado. Igualmente, cabe señalar que esta presentación en ARCO 87 (del 12 al 17 de febrero) es muy cercana al suceso de la detención por firmar en la base de la escultura del oso y el madroño de Sol, a finales de enero, lo que no puede ser una pura casualidad y puede aclarar un poco el interés pública tanto del artista como del galerista en esta aparición.
 
            Con su muerte, acontece por tanto un reconocimiento que se mueve en dos niveles: el popular y el oficial.
 
            Esto es, en primer lugar se genera una serie de actos públicos de homenaje, desde su consideración como una importante figura cultural local de alcance histórico y desde la iniciativa vecinal de su barrio, representada por la Asociación de Vecinos Los Álamos-Campamento y su familia y sus amigos. El más temprano, casi a la semana de su fallecimiento, consiste en la realización de un mural sobre panel con el motivo de su firma de la mano de su amigo, el escritor SNOW, en la primera emisión del mes de julio de 1995 del programa Sucedió en Madrid (Telemadrid), junto con la realización de un reportaje sobre MUELLE.  Más tarde, en septiembre de 1995, este mismo escritor realiza otro homenaje semejante dentro del programa de actividades de las fiestas del barrio de MUELLE.
 
            No obstante, el verdadero homenaje se celebra al año de su fallecimiento, concretamente el martes 9 de julio de 1996, por iniciativa de dos colegas baterías, Adolfo y Sergio, a la que se adhiere su hermano Fernando. Éste consiste en un concierto en la sala El Sol, con la actuación de Los Enemigos, Artemio, Freedom y Río Arriba y la asistencia emocionada de los padres del artista malogrado. El fin último de la iniciativa es la recogida del dinero suficiente para levantarle un monumento en Madrid (Iñiguez 9-7-1996: 7; 11-7-1996: 24). Dada la escasa recaudación obtenida (226.000 ptas.) el proyecto no vio la luz. En mayo de 1998, desestimada la viabilidad del proyecto, se donó lo recaudado a la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer (Iñiguez 16-5-1998: 10).
 
            Tras este concierto, su familia sigue luchando por el reconocimiento de su obra, intentando hacer exposiciones de diapositivas y fotografías y confirmar la compra por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid de un par de lienzos para su exposición permanente (Iñiguez 11-7-1996: 24).
 
            Respecto al otro nivel de reconocimiento, el oficial, éste es tan involuntario y repentino como efímero. A este respecto, según parece surge por una confusión accidental originada con el anuncio de su fallecimiento (Fernando Argüello c.p. 1-11-2000). La publicación en el periódico ABC de una esquela, con el fin de subsanar la falta de eco por éste de la noticia de la muerte de MUELLE, produce por la confección ambigua de su texto un malentendido que obliga a las instancias oficiales a manifestarse respecto al suceso. En concreto, la causa es la doble lectura de la frase «COMUNIDAD DE MADRID», que figura como la dedicante de la esquela, que puede entenderse que se refiere tanto al pueblo madrileño, que era el sentido original dado por sus autores, como al gobierno autonómico.
 
            De este modo, nos encontramos con un conjunto de declaraciones por parte de los representantes políticos pertinentes desde las instancias municipales que no se traducen en ningún momento en hechos y que se valoran como maniobras de imagen ante un problema puntual y pasajero. En primer lugar, Juan Antonio Gómez-Angulo, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, muestra sus buenas intenciones y ofrece aceptar aquellas solicitudes de conservación de alguna de las firmas de MUELLE que se le propongan, desde su consideración como testimonio de una década de la historia de Madrid (Cabezas 5-7-1995: 6). Consiguientemente, este reconocimiento a destiempo puede considerarse, en cierto sentido, más que un homenaje la culminación de su persecución. La intención de arrancar selectivamente del tejido urbano una de las pocas firmas que se han librado de la limpieza y albergarla en una de las salas del Museo de la Ciudad (Nogueira y Alfageme 8-7-1995: 6) ya en principio representa su extinción como testimonio vivo. Curiosamente, el concejal-presidente del Distrito de Latina propone, en la misma línea, la donación del cierre de la calle Seseña decorado por MUELLE al Museo Municipal (Fernando Argüello c.p. 1-11-2000), sin duda, más que por su calidad, por su fácil extracción, pero que propiamente no puede calificarse como graffiti.
 
            No obstante, el verdadero remate es que, como manifestan conjunta y públicamente el concejal mencionado y el de Limpieza, Luis Molina, en vez de por extraer una firma de MUELLE de su espacio natural se opte por la reproducción. Una solución aberrante y sin sentido. En todo este asunto, está patente sin duda el cuidado meticuloso que pone la administración pública en no dar el más mínimo punto de apoyo a la legitimación de la cultura de calle o de la acción grafitera y considerar el graffiti, representado por la firma de MUELLE, como «testimonio de un período superado». Además, se evidencia qué clase de conservación merece una manifestación subcultural menospreciada por su aparente sencillez y marginalidad. No es de extrañar, por tanto, que este proyecto se quede en agua de borrajas por absurdo y falso.
 
            Finalmente, el Ayuntamiento de Madrid dice adquirir dos pinturas de MUELLE y otras dos más por donación, anunciando su decisión de exhibirlas en el Pabellón Florida, en Moncloa, al año de morir (Sampedro 28-10-1995: 7; Iñiguez 9-7-1996: 7). Respecto a lo primero no hay ninguna confirmación y más bien parece tratarse de un anuncio falso de una intención incumplida (Iñiguez 11-7-1996: 24; Fernando Argüello c.p. 1-11-2000) y respecto a lo segundo se cumple a medias. Esto es, sí parece haberse donado por parte de la galería Estiarte una de las obras que hizo MUELLE para ella, tal como confirma su gerente, Fernando Cordero de la Lastra (Sampedro 28-10-1995: 7);  pero la otra obra, que sería el panel decorativo que realizó para el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en efecto no se dona (Fernando Argüello c.p. 1-11-2000). Finalmente, tampoco consta que se produja la exposición prevista para el Pabellón Florida.
 
            Verdaderamente, puede hablarse de una vergonzosa y frívola intervención de los políticos en este asunto y de un desesperante calvario para su familia y sus allegados en su misión de fijar en la memoria histórica oficial el nombre de MUELLE.
 
ALIEN.- Es como siempre. Siempre se aprovechan de eso. En un principio siempre te prometen que, pues eso, que después de... Por ejemplo, después de la muerte de MUELLE, ¿no? Pues todo el mundo prometía pues o bien que le iban a poner una calle o le iban a hacer un monumento o le iban a conservar ciertas pintadas o le iban a hacer una exposición, muchas cosas que luego al final se han quedado en nada, ¿sabes? Pero yo es que también lo prefiero, porque después de todo el empeño que han puesto en coger y quitar todas las firmas que vengan hipócritas ahora cogiendo, queriendo embellecerlo y hacerlo suyo, ¿sabes? De Madrid. Me parece muy triste, muy triste.
(ALIEN c.p. 16-12-2000)
 
            No obstante, el juego de intereses entretejido en la escena de la cultura oficial contrasta con la paulatina y firme consagración de la figura de MUELLE en la memoria histórica de los escritores, sobre todo de Madrid capital. Una consagración que se sitúa por encima de las posibles rivalidades existentes entre las distintas tendencias grafiteras que acoge el Graffiti Move; aunque el reconocimiento de su papel primordial en la construcción del movimiento no sea unánime entre los escritores del Hip Hop Graffiti:
 
RAFITA.- «¡Y cómo no!, la firma del “muelle” estaba entre mis preferidas, siempre estaba pendiente de sus recorridos, y las historias que giraban en torno al personaje. [...] Creo que el Muelle  era eso, diferente a los demás, que tenía su propio estilo, que hizo historia y además fue, por lo menos para mí, un hito el cual nunca había que perder la pista. Por lo demás estuve contadas veces con él. Nunca intimé. Sólo puedo decirte que la gente le admiraba mucho y a veces incluso le envidié. Supongo que el Muelle consiguió llegar a lo mas alto de la fama en el mundo de los grafiteros y que se construyó su propia leyenda.» (RAFITA c.e. diciembre 2000)
 
F. G.- ¿Qué supuso el MUELLE?
ALIEN.- ¿Tú me dirás? Pues el puto amo, tronco. Era el número uno el tío. Era el número uno, vamos. [...] Lo primero por ser pionero y luego también pues bueno, si hablabas con él... Por ser el pionero y porque no sé. [Para]mucha gente, por ejemplo, vale, lo que es el graffiti, pues eso, de mural entero, a tutiplén, ¿sabes?, muy bien decorado, con mucho detalle tiene valor. Pero también tiene valor, por ejemplo, el tema de coger y hacerlo en determinados sitios como por ejemplo, MUELLE, ¿no? Yo soy de los que piensa que aparte de que esté bien hecho, bien de color y todo lo que quieras, también está la posición. Un factor de riesgo que yo creo que era el único o de los pocos que podía hacer eso, ¿no? El tema de coger... Mucha gente, por ejemplo, le tachaba de simplista a lo mejor. Siempre lo mismo y tal, no sé qué. Pero, también hay que ver que hacía cosas, por ejemplo, de pintarte en sitios que no te lo podías creer.
(ALIEN c.p. 16-12-2000)
 
F. F-S.- Explícame un poco como es la movida en la ciudad de Madrid, más o menos.
 SUSO 33.- Pues la ciudad de Madrid es muy diferenciada a lo que es el resto del mundo. Más que nada como tuvo como un principal promotor que fue MUELLE. El chaval éste que hacía una firma en plan logortera, con una flecha. [...] Era de Aluche, de Aluche [Campamento] [...] Era amiguete mío, que le compraba pintura. [...] Pues influenció muchísimo aquí en Madrid eso. Que no vino directamente de Nueva York la imagen del graffiti. Vino a través de él y él es como si la estuviese codificando y llegó aquí a la gente de otra manera, como una especie de firma en plan El Corte Inglés, con una flechita. La gente empezó a hacer firmas en plan logotipos, con muchas flechas.
F. F-S.- Y tratando de combinar el significado de la palabra con la forma.
S.- Sí, bastante. Porque ya ves la de MUELLE y debajo sale un muellecito. Pues aquí eso influenció muchísimo y se olvidó... No se pensaba mucho en los trenes ni en pintar murales de colores, con muñecos; sólamente lo que eran firmas así.
(SUSO 33 c.p. 22-3-1996)
 
F. G.- ¿Qué opinas del MUELLE?
ICE.- ¡Del MUELLE!
F. G.- Sí, ¿qué te...? Es que hay gente que...
I.- Es un mito. Ya te digo, yo al principio a lo mejor pues le tenía como... No le admiraba como le admiro ahora, ¿no? Antes, ya te digo que como a lo mejor a mí me gustaba otro tipo de cosas, él hacía otro tipo de graffiti, y a lo mejor no me gustaba tanto. Ahora que ya he madurado un poco más, que he pintado un poco más y que he visto verdaderamente lo que fue, desde luego que le tengo respeto. Eso está claro. Porque fue el primero y porque fue el primero que se mojó por darse a conocer.
(ICE c.p. 19-11-2000)
 
F. G.- ¿Qué supuso MUELLE?
YETI.- Nada, nada. Era una firma que incluso hubo momentos que hasta se repudiaba.
MORE.- Nada, absolutamente nada. A lo mejor al principio cuando empezabas con flechas, bueno... El MUELLE sí, porque se ve en muchos sitios, pero nada más. En el momento que metías en un panel lo del MUELLE era una firma rellena, en gordo, con un poco de sombra. ¿Qué era para nosotros? No era nada. [...]
YETI.- [...]MUELLE no era nada, pero no porque fuera malo lo que hacía, sino porque no era competencia para nosotros.
(YETI y MORE c.p. 17-12-2000)
 
FG: ¿Por qué crees que Muelle fue tan importante, aparte de por ser el primero en dejarse ver por toda la ciudad? ¿Qué tenía Muelle que no tenían los demás?
 
REMEBE: Sobre todo porque él era el que abría el camino... ¿que pintó con flechas? Todo el mundo después pintó con flechas... ¿Que pintó carteleras del Metro? Todo el mundo lo hicimos, de hecho ha quedado como algo exclusivo nuestro, ya apenas se hace... ¿Que pintó alturas? Todo el mundo después ha pintado alturas... ¿Que agregó sombras, 3d, degradados a sus pintadas? Todo el mundo después lo ha hecho... ¿que pintaba en vallas de obra, muros grises semi-abandonados, etc...? La gran mayoría de la gente del Estilo Autóctono de Madrid perseguía ese objetivo.
 
Aparte de eso su gran calidad, aparte de como artista como persona le abrió mucha popularidad, ya que le importaba bien poco su popularidad. Ha habido muchos otros que ni siendo los primeros, ni siendo tan populares ni inventando nada se han convertido en verdaderos capullos
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